La celebración de las fiestas suele invitarnos a dejar de lado los buenos hábitos alimenticios. Sin embargo, podemos incorporar recetas ricas con mucho valor nutricional. En estas fiestas, ¿por qué no incorporar una alimentación saludable?
Podemos empezar a pensar el menú por los vegetales. En primavera y verano la oferta es rica, variada y, si se quiere, colorida. A las ensaladas tradicionales podemos enriquecerlas con lentejas, garbanzos y porotos, entre otras legumbres. También podemos incursionar con recetas que incluyen frutas como manzana, pera y naranja.
Con la colaboración de las y los mejores cocineros de la familia podemos elaborar variedad de platos frescos con carnes magras, sobre todo de pollo, cerdo y pescado. Los mismos pueden estar acompañados de arroz integral, quínoa o cuscús, entre otros cereales. Estos alimentos no solo van a aportar saciedad sino también frescura en días de mucho calor.
En este sentido, es importante cuidar siempre la cadena de frío, sobre todo en platos que llevan huevo, quesos o salsas a base de lácteos. También podemos agregar sabor con pastas y aderezos elaborados, por ejemplo, a base de cebolla, zanahoria o morrón. El guacamole y el yogur natural pueden aportar todavía más frescura a nuestros platos.
A su vez, podemos reemplazar la sal por distintos condimentos. Si somos personas hipertensas, se recomienda eliminar el sodio por completo de nuestras preparaciones. Otra sugerencia para disfrutar de todos los alimentos sin empacharnos ni sentir pesadez, es comer porciones chicas, ¡y así probar todo!
Una buena ensalada de fruta resulta la alternativa más fresca, liviana y nutritiva para el postre. Al igual que con las verduras, es un buen momento para conseguir variedades de estación, entre las que se destacan los frutos rojos, sandías y melones. Es importante lavarlos bien y guardarlas en la heladera para conservar mejor su punto de maduración.
A su vez, podemos usar frutas frescas para elaborar jugos y aguas saborizadas. Así también podemos evitar el consumo de bebidas saturadas en azúcar como las gaseosas. En cuanto a las bebidas alcohólicas, siempre es mejor moderar su consumo. No está de más recordar no conducir si estuvimos brindando.
En cuanto a la mesa dulce, debemos controlar las tentaciones con garrapiñadas, confituras y turrones. Estos productos, sobre todo los industriales, suelen estar saturados de azúcar. En su reemplazo, podemos incorporar frutos secos o deshidratados.
En lo posible, podemos recurrir a panificados más saludables como pan dulce y budines caseros, elaborados con harina integral y aceite reemplazando la manteca.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación (https://www.argentina.gob.ar/salud/fiestassaludables)
¿Querés saber cómo controlar el índice glucémico en las fiestas? Lee esta nota.
¿Para leer más notas sobre salud alimentaria? Ingresá aquí.