Con la llegada del otoño se inician las jornadas frescas, los días se acortan respecto a las noches, y algunos árboles tiñen sus hojas hasta dejarlas caer. Sin embargo, resulta también una estación generosa para sembrar y cosechar diversos tipos de verduras.
En Argentina crece la oferta de algunas hojas verdes como acelga, espinaca, achicoria, escarola y radicheta, ideales para combinar en ensaladas. También el repollo, las chauchas y los repollitos de Bruselas, que pueden sumar sabor y valor nutritivo a nuestra porción de alimento. Recordemos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que todas las personas consuman, al menos, 400 gramos de verduras y frutas al día.
El otoño y el invierno también son temporadas de berro, hinojo, puerro, zanahoria, brócoli, coliflor y cebolla de verdeo. Podemos aprovecharlos como ingredientes de tartas, suffés o combinados con otros alimentos para alcanzar la media porción recomendada para un plato saludable.
Los días de frío pueden predisponernos a cocinar platos calientes como guisos o sopas. Aquí podemos ponernos creativos y sumar verduras como batatas, nabo, rabanito, remolacha, zapallo y calabaza. Por si nos faltara algo de sabor, también podemos recurrir al apio y las aceitunas para completar la sazón.
En nuestro país, solo el 6 por ciento de la población manifiesta consumir cinco unidades o porciones de frutas y verduras por día. Podemos recomendar algunas opciones para incorporar el hábito de consumir estos alimentos bajos en grasas y calorías.
Por ejemplo, destinar medio plato de verduras en el almuerzo y otro medio en la cena. A su vez, sumar tres frutas durante la colación, como merienda o postre. Las verduras son una gran fuente de fibra, vitaminas y minerales. Podemos incorporarlas en sándwiches, tortillas y omelettes. También agregar sabor, relleno y texturas a pastas, arroz y empanadas.
Cuando cocinamos carne o pescado al horno, podemos hacerlo sobre un colchón de vegetales, que además le aportan humedad y sabor a la preparación. A su vez, las verduras pueden ser cocinadas a la parrilla, en una sartén, hervidas, al vapor o la plancha, evitando siempre la fritura.
Un dato importante a tener en cuenta es que la cocción debe ser lo más breve posible. De esta manera, las verduras conservan mejor sus micronutrientes.
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