En la labor cotidiana de las y los docentes, aparecen realidades diversas que atraviesan a toda la comunidad educativa. Entre ellas, el consumo problemático y las adicciones representan un desafío que, muchas veces, se desarrolla de forma silenciosa. Estas situaciones no son un problema aislado sino una enfermedad compleja, con múltiples causas y consecuencias, que requiere acompañamiento del entorno y tratamiento profesional.
Se considera “consumo problemático” tanto al uso de sustancias —legales o ilegales— como a ciertas conductas (apuestas, ludopatía) que generan daños a la salud física, emocional y social de la persona. Para considerarse problemático no requiere necesariamente de consumo habitual o en grandes cantidades. Sus riesgos pueden presentarse aún con usos esporádicos que afectan la vida cotidiana y las relaciones humanas.
En contextos de estrés, sobrecarga emocional, soledad o conflictos familiares, esta conducta puede avanzar de manera progresiva. Si se vuelve compulsiva e incontrolable, la persona se encuentra atravesando una adicción.
Las adicciones pueden aparecer en adolescentes, adultos jóvenes y personas mayores. Por eso, es fundamental reconocer las señales tempranas. La familia, el entorno, las y los docentes, tienen rol clave para observar y detectar estas alertas.
El aislamiento y los cambios bruscos de humor son señales claras. También cuando se reconoce una disminución en el rendimiento académico o laboral de la persona, sin una razón o justificación aparente.
Por otro lado, las personas que atraviesan una adicción suelen descuidar su apariencia personal. En algunos casos, exponen la necesidad de conseguir dinero sin un destino claro para su uso.
En casos avanzados, la necesidad compulsiva de consumo de sustancias puede resultar más evidente. El cuerpo empieza a ejercer tolerancia, lo que hace que la persona necesite aumentar la dosis para obtener el mismo efecto. Además, los síntomas de abstinencia suelen ser evidentes, y exigen una intervención profesional inmediata.
La persona que atraviesa una adicción no elige estar en esa situación. No se trata de un problema de voluntad, sino de un trastorno producido por factores psicológicos, biológicos, sociales y ambientales.
Se puede acompañar a la persona abriendo espacios de diálogo y confianza, sin etiquetar ni juzgar, y tratando de motivar para buscar ayuda profesional. En este sentido, la empatía y el respeto son claves. La recuperación es posible cuando la persona tiene una red de apoyo que comprende y contiene, además de un tratamiento médico y psicológico especializado.
Si bien determinadas sustancias químicas como el alcohol, algunas drogas y medicamentos o el tabaco suelen tener un uso recreativo, su consumo en exceso resulta adictivo, pudiendo provocar desde trastornos mentales hasta enfermedades cardiovasculares.
En el caso de las apuestas o la ludopatía, la adicción se da a través de un comportamiento específico que resulta incontrolable. Este trastorno psicológico está cada vez más presente en adolescentes, principalmente por la facilidad de acceso a plataformas de juegos y apuestas en línea.
A su vez, dispositivos electrónicos como el celular o los videojuegos producen estímulos que pueden volverse impulsivos e incontrolables, dañando la salud emocional de la persona, así como su vida cotidiana y sus relaciones interpersonales.
Algunas veces, también pueden volverse problemáticas actividades que, en principio, son saludables, como el ejercicio físico o la alimentación. Cuando se llevan a cabo de manera excesiva y obsesiva, pueden generar daños físicos y psicológicos en la persona. Por eso, resulta fundamental diseñar y controlar las rutinas y dietas con profesionales médicos y nutricionistas.
Si se reconoce una adicción propia, de una persona cercana o se puede ayudar a alguien en situación de vulnerabilidad, la línea telefónica 141 dispone de profesionales que responden consultas, ayudan y orientan las 24 horas. Esta línea anónima y gratuita pertenece a la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR).
A su vez, SEDRONAR cuenta con programas para el abordaje de adicciones y consumo problemático, y Centros de Atención Inmediata (CAI) abiertos a la comunidad con información y herramientas de asistencia sanitaria, planes de inclusión educativa y laboral, y charlas y eventos de prevención.
En Argentina, los consumos problemáticos forman parte de las políticas de salud mental. Las personas que los padecen cuentan con todos los derechos y garantías establecidos por la Ley Nacional de Salud Mental N 26657.
Osdop garantiza la cobertura y prestaciones necesarias para las y los afiliados que atraviesan consumos problemáticos y adicciones, de acuerdo a las disposiciones establecidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO).
El tratamiento de una adicción o un consumo problemático se aborda articulando áreas de prevención, desarrollo e integración educativa y laboral. Su atención sigue criterios que respetan la dignidad y los derechos humanos sin discriminación ni estigmatización.
Por su parte, es importante que la familia y el entorno cercano estén involucrados en el proceso de recuperación.
Fuentes
– Ministerio de Justicia de la Nación
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