
En el marco del Programa de Lactancia Materna lanzado por Osdop, su coordinadora, la Lcda. Paula Salgado, habla sobre el acompañamiento de las puericultoras y la importancia de iniciar la consulta cuando se cursa el último trimestre del embarazo. Además, destaca los beneficios de la leche materna, la lactancia a libre demanda y el desafío de continuar amamantando con la vuelta al trabajo.
¿Qué objetivos tiene el Programa de Lactancia?
Fue creado para apoyar a las familias en el inicio de la lactancia, promoviendo el derecho a una alimentación adecuada y ofreciendo un acompañamiento respetuoso, actualizado y accesible desde el embarazo, en el post parto inmediato y durante el tiempo que el amamantamiento. Las afiliadas de Osdop cuentan con una puericultora de referencia a quien consultar. La idea es evitar el abandono temprano o no deseado de la lactancia.
¿En qué consiste el acompañamiento que se brinda?
A través de encuentros prenatales con las puericultoras del equipo, las mujeres, personas gestantes y sus parejas pueden trabajar las expectativas y temores, así como también detectar factores de riesgo. De esta manera, se previenen dificultades en el inicio y establecimiento de la lactancia. Cada afiliada puede acceder a un módulo inicial de 6 consultas con cobertura total a partir de las últimas semanas de embarazo, y hasta un mes y medio después del nacimiento, donde se espera que la lactancia ya se encuentre instalada. También pueden realizar consultas puntuales durante el curso de la lactancia, desde dudas que surjan, complicaciones, la preparación para la vuelta al trabajo remunerado, hasta el proceso de destete.
También se llevan a cabo talleres virtuales…
Se están realizando talleres grupales de Preparación para la lactancia y Vuelta al trabajo. Si bien abordamos estos temas importantes de manera general, son necesarios para que las afiliadas tengan información actualizada para iniciar, sostener y disfrutar la lactancia.
¿Cuál es el rol de una puericultora?
Principalmente, acompañar el inicio de la alimentación, brindando información actualizada y promoviendo tanto la lactancia como las prácticas de una crianza respetuosa. Una puericultora puede ayudar a echar luz sobre las ideas que suelen tener las madres, y que muchas veces responden a paradigmas diferentes de crianza, como, por ejemplo, la inclusión de la leche de fórmula. La puericultora aporta ideas de acuerdo a las necesidades de ese bebé y esa mamá en particular. Es un acompañamiento cercano y profesional, que muchas veces falta después del nacimiento.
¿Cuándo es recomendable empezar a preparar la lactancia?
Lo ideal es hacerlo durante el embarazo. Muchas mujeres llegan a este momento con información de su propia historia, de lo que escuchan y de lo que ven en redes sociales, pero no toda esa información es confiable. Trabajar esas ideas junto a una profesional en lactancia ayuda a reflexionar sobre las expectativas de la mamá y su familia, entendiendo que hay aspectos que solo podrán dimensionarse al vivir la experiencia. Durante el embarazo, se prepara tanto la llegada del bebé como su alimentación.
Amamantar, ¿es un proceso natural?
Durante el embarazo, la mamá atraviesa cambios fisiológicos que la preparan para amamantar, mientras que el recién nacido llega con el reflejo de succión. Sin embargo, la lactancia es un proceso de aprendizaje que necesita tiempo y paciencia. La mamá está empezando a conocer a su bebé, sus necesidades, y es un momento de mucha sensibilidad y vulnerabilidad emocional. Necesita estar muy conectada para conocerlo y entenderlo. En este sentido, el contacto temprano es una práctica fundamental para fortalecer el vínculo.
¿De qué manera?
El COPAP (contacto piel a piel) favorece el inicio del vínculo activando los reflejos del bebé, quien reconoce el cuerpo, el calor, el olor y los latidos del corazón de su mamá. A su vez, este contacto estimula sus reflejos de alimentación y facilita la lactancia. Esta práctica puede prevenir complicaciones posteriores. El sistema de salud debe favorecer esa cercanía, siempre que la salud del bebé y de la mamá lo permita.
¿Cómo pueden ayudar los familiares y las personas más cercanas?
La mamá y su bebé necesitan mucho sostén de la pareja –si la hay–, de la familia y de la sociedad. Con la llegada de un bebé nacen también nuevos roles: madres, padres, abuelas, abuelos, entre tantos otros. Esta transformación puede generar miedos e inquietudes, y requiere tiempo para adaptarse. El acompañamiento conjunto es clave para que la mujer pueda dedicarse a esta tarea hermosa pero demandante.
¿Por qué el calostro es considerado “oro líquido”?
Esta leche de inicio es como una primera vacuna natural. El cuerpo de la mamá fabrica anticuerpos que tapizan el intestino del bebé con bacterias buenas que lo protegen de las malas. A su vez, genera un impacto positivo en su microbiota, ayudando al bebé a defenderse de enfermedades.
¿Qué hace especial a la leche materna para ser tan importante?
La leche materna es un fluido vivo que tiene todos los nutrientes, compuestos inmunológicos y células madre que el bebé necesita para su desarrollo. Por ejemplo, posee anticuerpos específicos para los gérmenes que circulan en el ambiente. A su vez, cuando la mamá se enferma, a través de la leche pasa las defensas que protegen al bebé. Entre sus muchísimos beneficios, previene infecciones, alergias, diarreas, neumonías y, a largo plazo, obesidad y diabetes.
¿Qué beneficios trae la lactancia para la mamá?
Ayuda a prevenir hemorragias en el posparto y el cáncer de mama. Además, la succión del bebé genera oxitocina, que favorece el retraimiento del útero y la recomposición del cuerpo de la mamá.
¿Influye la lactancia en la construcción del vínculo?
Amamantar le permite al bebé el contacto cercano con la mamá, y eso favorece un vínculo de apego sano y seguro. Durante la toma se da la mirada, la cercanía, el contacto y la satisfacción de las necesidades físicas y emocionales.
¿Hasta cuándo es recomendable mantener la lactancia?
Sus beneficios se extienden durante la niñez. Alimenta y protege siempre: no se convierte en agua. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Si bien a los 6 o 7 meses comienza la etapa de alimentación complementaria, la leche sigue siendo el alimento principal del bebé durante el primer año de vida. Lo ideal es mantenerla hasta, por lo menos, los dos años.
La lactancia a libre demanda propone alimentar al bebé siempre que tenga hambre, sin horarios ni tiempos fijos, inclusive durante la noche. ¿Es posible sostenerla en el tiempo?
Desde la crianza respetuosa se promueve mucho esta práctica, que requiere entender cómo funciona el cuerpo de la mamá y sus cambios durante la lactancia. Es una recomendación básica para que la práctica pueda iniciarse y establecerse, teniendo en cuenta las necesidades de cada bebé.
¿Puede existir un desfasaje entre la demanda del bebé y la producción de leche?
La producción de leche va a depender de cuánto el bebé estimule los pechos. El cuerpo de la mamá se programa de acuerdo al ritmo de alimentación de su bebé. Así como hay bebes más dormilones, también están los que necesitan comer con mayor frecuencia. Por eso es importante comprender cómo funciona la libre demanda.
¿Por qué no son recomendados los horarios fijos para amamantar?
La imposición de horarios asume que las necesidades de todos los bebés son iguales, y no es así. Además, puede provocar que la producción de leche disminuya por estar menos estimulada de lo que el bebé necesita. En ese caso, el cuerpo de la mamá interpreta que debe desacelerar la producción.
¿Qué desafíos plantea la vuelta al trabajo para la mamá?
El desafío mayor quizás tiene que ver con la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses. Durante ese período, los bebés no pueden comer otra cosa, ni siquiera hidratarse con agua. Por eso, la vuelta al trabajo requiere una preparación particular para cada situación. Una puericultora puede ayudar con la planificación teniendo en cuenta diferentes variables, como las horas que la mamá estará ausente o si el bebé ya complementa con leche de fórmula.
¿Cuándo conviene comenzar con la extracción de leche?
Se recomienda comenzar unos 20 días antes de reincorporarse al trabajo. Es importante empezar a generar un stock, que no debe ser enorme porque la leche cambia constantemente. Después, algunas extracciones, seguramente, se harán en el ámbito laboral, donde puede aparecer incomodidad o dolor en los pechos porque el cuerpo sigue produciendo leche. Si no se extrae pueden aparecer complicaciones, como mastitis u obstrucciones en los conductos.
En esta etapa, ¿qué ayuda puede aportar una consulta con una puericultora?
Las puericultoras podemos orientar sobre la conservación de la leche extraída, su traslado, refrigeración, y el tiempo que puede permanecer en el freezer o en la heladera. También trabajamos sobre los métodos de extracción, las necesidades de drenar para aliviar el pecho, y se diseña un plan para evitar complicaciones. Es importante que la mamá no deje todo librado a un “vuelvo a casa y le doy la teta”. Una puericultora puede ayudar a elaborar un plan de acuerdo a las horas que la mamá no está, cómo es la rutina familiar y las demandas de ese bebé, entre otras variables.
Para acceder a la atención, las afiliadas deben comunicarse al mail lactancia@osdop.org.ar.
Si sos afiliada inscripta en el PMI y te encontrás entre el 7° y 9° mes de embarazo, podés inscribirte al Ciclo de Talleres Virtuales del Programa de Lactancia.