Fumar es perjudicial para la salud, lo sabemos. Hemos hablado sobre el deterioro que produce el consumo de tabaco en el sistema respiratorio. A su vez, fumar puede producir alteraciones en todos los órganos de nuestro cuerpo, además de afectar el bienestar de las personas que nos rodean. También sabemos que dejar este hábito tan dañino no es tarea fácil. Sin embargo, podemos motivarnos por los enormes beneficios que trae a para nuestra salud.
Dejar de fumar puede disminuir la posibilidad de infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV) y enfermedades respiratorias como la neumonía. También puede evitar contraer la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), y diversos tipos de cáncer, en especial de pulmón.
Para ayudarnos en nuestro objetivo de abandonar el tabaco, podemos comenzar confeccionando una planilla donde dejemos registro de cada cigarrillo que consumimos. Es importante hacerlo antes de encenderlo, detallando la hora, la actividad que estamos realizando, y el sentimiento asociado a esa necesidad: ansiedad, aburrimiento, bronca, placer, etc.
En algunos casos, encender un cigarrillo se vuelve un impulso, un acto automático. Si tomamos registro durante una semana, los datos obtenidos pueden invitarnos a reflexionar sobre la necesidad que nos despierta fumar. Seguramente también surjan estrategias más factibles para abandonar el mal hábito y conseguir sostener su ausencia en el tiempo.
Otra forma de inspirarnos es confeccionar una tabla con los pros y los contras de dejar de fumar. No solo considerar los motivos por los que “debemos” dejar, sino también aquellas cosas por las que “deberíamos” hacerlo. Hablar estas conclusiones con nuestro médico de cabecera puede resultarnos útil para reafirmar dichas acciones.
En algunas personas, la cuestión económica puede actuar como un gran impulsor. Un paquete de cigarrillos es un producto caro, y si consideramos un atado promedio por día rápidamente podemos comprobar la inversión que estamos haciendo en tabaco. Al calcular los gastos anuales, por ejemplo, seguramente nos sorprenda el dinero gastado y surjan mejores destinos para invertir nuestro dinero.
Un buen programa para dejar de fumar puede incluir una rutina de actividad física, potenciando nuestros hábitos saludables y permitiéndonos, poco a poco, recuperar una forma física activa y plena.
Asesoría en Epidemiología de OSDOP
Fuente: Manual de autoayuda para dejar de fumar (Ministerio de Salud Argentina)
Dejar de fumar: consejos prácticos. Parte 2
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