En los últimos años, la “educación inclusiva” como concepto tomó más relevancia en el sistema educativo. Actualmente, en la Argentina, rige el modelo de derechos humanos de la discapacidad reflejado en la Ley Nacional N° 26.378. Este modelo establece que la discapacidad es un concepto que evoluciona según el paradigma.
¿Qué entendemos por esto? Que resulta de la interacción entre las personas con discapacidad y las barreras que evitan su participación plena y efectiva. Las mismas se alzan debido a la actitud o al entorno donde estas personas se desarrollan. Desde esta perspectiva, se propone remover esas barreras para lograr la plena inclusión y participación de todos en todos los ámbitos de la vida, incluida, naturalmente, la escuela.
Las instituciones educativas, tal como la conocemos hoy en día, deben abrir sus puertas a todas las personas. Sin embargo, ese gesto solo no resulta suficiente. Para que esta sea realmente inclusiva es necesario comprender que educar no se trata de que todos los alumnos lleguen de la misma manera y al mismo tiempo a los mismos conocimientos precisos. Tampoco brindar las mismas estrategias de enseñanza para todos.
En muchas escuelas se habla de integración, pero la misma está basada en el concepto de “normalización” en relación a un supuesto patrón estándar. En esta concepción, el peso central está puesto en la persona, que es la que tiene que adecuarse al medio. La integración exige que el alumno, aunque con adecuaciones o adaptaciones, responda al sistema tal como el sistema está propuesto.
La inclusión, por su parte, supone un contexto más amplio que implica la modificación de todos los elementos necesarios para que la institución sea capaz de educar al conjunto de la población sea cuales fueren sus características personales. En otras palabras, es la escuela la responsable de transformarse, incluyendo los principios de justicia social, equidad educativa y respuesta escolar.
Según las Naciones Unidas (ONU), la educación debe tener cuatro características fundamentales e interrelacionadas:
Desde esta mirada, se espera que se brinden todos los medios y apoyos para que las personas transiten sus caminos. A partir de lo desarrollado, consideramos necesario reflexionar sobre los espacios educativos que habitamos: ¿Existen barreras en la educación?; ¿cuáles son?; ¿quiénes las experimentan?; ¿cómo pueden eliminarse?; ¿qué recursos se pueden utilizar? Estas preguntas pueden servirnos como puntapié para pensar la educación y aportar desde nuestro lugar docente hacia una sociedad más inclusiva.
Departamento de Discapacidad – Sede Central – Gerencia de Prestaciones de Salud – OSDOP
Hacia una educación inclusiva, te invitamos a conocer los Mitos y prejuicios sobre las personas con discapacidad.