Los tumores en la próstata son el segundo cáncer más frecuente entre los hombres. Generalmente, se presenta en individuos mayores de 50 años y, con frecuencia, su detección resulta de forma ocasional.
La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino. Tiene el tamaño y la forma de una nuez. Situada debajo de la vejiga y delante del recto, la próstata es responsable de producir parte del líquido que conduce a los espermatozoides en el momento de la eyaculación.
En el 95% de los casos, los tumores malignos se originan en el tejido glandular de la próstata. La mayoría crecen de manera lenta y persisten durante mucho tiempo sin causar síntomas destacados. Un factor que nos permite sospechar son los antecedentes familiares. Un padre, abuelo o hermano que haya padecido la enfermedad es el factor de riesgo más destacado a tener en cuenta.
Algunas de las formas posibles de prevención están ligadas al control anual de toda persona mayor de 50 años. En el caso de antecedentes familiares directos de cáncer de próstata, los exámenes deben hacerse a partir de los 45 años.
Su detección precoz puede realizarse a través del control anual con laboratorio (PSA), ecografía y tacto rectal.
En caso de hallar tumor en la zona, su tratamiento dependerá del estadio en el que se encuentre el cáncer. En la actualidad, los tratamientos que se utilizan pueden ser quirúrgicos, hormonales y la radioterapia.
Si bien es importante realizar una consulta médica ante cualquier síntoma urinario, la mejor forma de resguardarnos ante el cáncer de próstata es llevar a cabo, de forma periódica, los controles preventivos. Vencer el tabú puede salvarnos la vida.
Asesoría de Epidemiología de OSDOP
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