Al encontrarnos en una situación de urgencia o emergencia, poner en acción los primeros auxilios salva vidas. Podemos llevar a cabo esta práctica con una sencilla preparación y conocimientos básicos de atención al herido. En caso de no haber recibido entrenamiento, vamos a repasar algunas acciones de reanimación que podemos realizar mientras esperamos la llegada del personal médico especializado.
Como detallamos en notas anteriores, lo primero es asegurar la escena para evitar ponernos en peligro. Posteriormente, tratar de hablar con la persona herida. Si no responde, dar unas palmadas suaves en los hombros. En caso de que la persona permanezca inconsciente, se sobreentiende que tenemos su consentimiento para practicarle primeros auxilios[1].
Observar el movimiento del tórax nos permite comprobar la gravedad de la situación. No es igual si la persona respira con dificultad, jadea o sus inhalaciones están bloqueadas. Si contamos con alguna persona que pueda ayudarnos a comunicarse con el servicio de emergencias médicas, es el momento para brindarles esta información.
Las maniobras básicas de compresión consisten en colocar nuestras manos en el centro del pecho, una sobre la otra, entrecruzando los dedos. Comprimir fuerte el pecho con una frecuencia más ligera que los segundos (de 100 a 120 compresiones por minuto). La profundidad de cada compresión debe ser de cinco centímetros.
Después de uno o dos minutos de esta tarea de atención al herido, solicitar a nuestro asistente continuar por igual tiempo. Las compresiones bien realizadas resultan muy cansadoras.
Nuestro cuerpo requiere del suministro constante de oxígeno. Esto es lo que nos permite sobrevivir. Un Paro Cardiorrespiratorio (PCR) se produce con la detención repentina y simultánea de la respiración y del funcionamiento del corazón.
Tanto lesiones como enfermedades que afecten a la respiración o al corazón pueden alterar ese aporte normal de oxígeno. En estos casos, se puede deber a una emergencia que esté poniendo en peligro la vida de la persona.
Podemos determinar que se trata de un PCR por la ausencia de pulso y respiración. A veces, la piel pálida o los labios y uñas azulados, son también manifestaciones de un paro. Otras señales son la pérdida de conocimiento y las pupilas dilatadas sin reacción a la luz.
Una situación de este tipo requiere el llamado inmediato a Emergencia. Mientras llegan los médicos, podemos llevar a cabo maniobras de primeros auxilios. Más allá de los pasos que describimos con anterioridad, realizar un procedimiento con conocimientos adquiridos en un curso práctico de RCP va a permitirnos abordar esta situación compleja con la mayor atención y cuidado en la vida del otro.
Fuentes:
Te invitamos a leer más sobre La Importancia de los primeros auxilios.
[1] Para saber más sobre responsabilidad ciudadana ante la necesidad de asistencia de personas en situación de emergencia, podemos consultar el Código Penal Argentino en sus artículos 106, 107 y 108.