¿Cuántas veces estuvimos en el recreo con los nervios alterados? Rogamos que ningún alumna tropiece; que ningún alumno se dé un golpe fuerte contra el piso. Sabemos que los accidentes no son exclusividad de niñas y niños. Tampoco se lesionan solamente los adolescentes. Todas y todos estamos en riesgo. En la escuela, en la calle, en nuestro hogar podemos tener una emergencia.
En estas situaciones impredecibles, es importante saber cómo actuar. Puede estar corriendo riesgo la salud de una o varias personas. También nuestra propia integridad. Por eso conocer fundamentos básicos en primeros auxilios nos permite, como mínimo, no agravar las lesiones sufridas en el incidente.
Ante una urgencia o una emergencia, también en caso de una enfermedad imprevista, podemos llevar a cabo cuidados básicos de forma inmediata. Al realizar primeros auxilios, nos convertimos en un eslabón fundamental de una cadena entre el accidentado y el equipo de salud que puede llevar a cabo una asistencia compleja.
Esta labor puede evitar complicaciones tanto físicas como psicológicas. Si está en nuestras manos, buscar garantizar el traslado del accidentado al centro de salud para que reciba atención médica.
Entre los objetivos que tiene la puesta en práctica de primeros auxilios está el prevenir más lesiones o que éstas se agraven. También la posibilidad de evitar enfermedades producto, por ejemplo, de infecciones. El auxilio inmediato nos va permitir aliviar el sufrimiento y promover una buena recuperación. Pero sobre todo, son acciones con las que podemos ayudar a preservar vidas.
Se dice que una urgencia que no es atendida puede transformarse en una emergencia.
En un accidente, la vida de la persona puede no estar en riesgo inmediato. Sin embargo, pueden transformarse en una emergencia con el pasar de las horas.
Hay personas que deciden no prestar ayuda por temor a agravar involuntariamente el daño sufrido. Si no se sabe proceder de manera correcta, lo mejor es no revisar a la persona y buscar a personas con conocimientos en primeros auxilios.
También podemos colaborar conteniendo a la persona accidentada. Llamar a emergencias e informar cómo es la situación y cómo se siente la persona.
El hecho de poder reconocer una emergencia ya es importante. Cualquier escena inusual, olores, ruidos, comportamientos extraños, pueden ser una señal para empezar a actuar.
Aunque no parezcan una acción directa de primeros auxilios, con este tipo de colaboración también estamos ayudando enormemente, sin poner en más riesgo a la persona accidentada.
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Fuentes:
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