Antes de profundizar en el tema, es importante resaltar y tener en claro que todo tratamiento con medicamentos deben ser instituido por el médico que sigue y acompaña al paciente. En el caso de la hipertensión arterial, el tratamiento medicamentoso tiene el objetivo de disminuir las complicaciones de la enfermedad.
El paciente comienza por un tratamiento no medicamentoso, es decir, con cambios en el estilo de vida, para que luego el médico pueda instituir la medicación adecuada. Este tipo de tratamientos se realiza en pacientes que tienen un riesgo cardiovascular aumentado gracias a que el paciente conlleva otras enfermedades agregadas, como pueden ser el daño en las arterias coronarias, el daño renal, un accidente cardiovascular, la diabetes o el colesterol elevado. También se inicia un tratamiento con medicamentos cuando la presión arterial es superior a los 160/100 mmHg., siempre anteponiendo cambios en el estilo de vida de la persona.
Por su parte, los medicamentos indicados por el médico ayudan a mejorar las patologías asociadas. Conjuntamente, se solicita al paciente que realice un auto-control de la presión arterial, anotando en un cuaderno las mediciones y, si presenta alteraciones, si las mismas se debieron a comidas o a situaciones de nerviosismo.
Para valorar su evolución, también se realizan estudios de laboratorio y de imágenes que sirven para comprobar las complicaciones cardiovasculares que ocasiona la presión elevadas.
Asesoría de Epidemiología de OSDOP
Para saber sobre Prevención y Tratamiento NO medicamentoso de la hipertensión arterial ingrese aquí.