Es diabetes, tu cuerpo lo sabe

El cansancio suele ser un indicador de no estar brindándole al cuerpo el descanso adecuado. Aunque esa falta de energía también puede manifestar la presencia de diabetes. Si además notamos que ha aumentado nuestro apetito (polifagia) y necesitamos beber más líquido (polidipsia), estamos sumando varios de los síntomas en los que se manifiesta dicha enfermedad.

Otra manifestación de la diabetes es la pérdida de peso cuando no se está siguiendo ninguna dieta especial ni se han incrementado el ejercicio físico cotidiano. Esta enfermedad vascular también se puede hacer notar a través del cuerpo por infecciones cutáneas que se repiten y heridas que tardan demasiado tiempo en cicatrizar. 

Problemas en la visión, como observar los objetos y al resto de las personas de manera borrosa o las letras al intentar leer, también pueden requerir de una consulta más allá de la oftalmológica.

Entre los síntomas más frecuentes de la diabetes puede manifestarse el orinar de forma demasiado frecuente (poliuria) y la presencia de infecciones urinarias a repetición.

¿Qué complicaciones puede conllevar la diabetes?

El daño de la glucemia elevada a la pared de los vasos sanguíneos puede traer a la persona diabética complicaciones crónicas.

Las macrovasculares ocasionan lesiones en el corazón como el infarto agudo del miocardio y en el cerebro como el accidente cerebro vascular (ACV). También pueden producir la interrupción de la circulación sanguínea al cerebro (ictus), el infarto y el derrame cerebral. Además, puede provocar enfermedad vascular periférica en las arterias de los miembros inferiores.

Entre las complicaciones microvasculares pueden quedar comprometidos los ojos (retinopatía diabética). Tanto el sistema nervioso (neuropatía diabética) como los riñones (nefropatía diabética proteinúrica) pueden presentar afecciones en las personas diabéticas.

Tenemos que tener en claro que estas complicaciones de la diabetes pueden prevenirse. Para ello, la persona tiene que controlar sus niveles de glucemia y los factores de riesgo cardiovasculares (hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad, tabaquismo, sedentarismo, etc.).

Asesoría en Epidemiología de OSDOP

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