La protección de la piel a las radiaciones solares ultravioletas no se remite de manera exclusiva al uso de bloqueadores solares. Evitar exponerse durante determinadas horas del día o la vestimenta que utilizamos en época de mucho calor también colaboran con el cuidado de la piel y la fotoprotección.
El horario “pico” o de mayor exposición del sol depende de la estación y de la altitud en la que nos encontremos. En Argentina, las horas críticas durante el verano se dan entre las 10 y las 16 horas. Es recomendable evitar el sol directo durante esos períodos.
Los árboles pueden ser grandes aliados para refugiarnos a la sombra. Si estamos en la playa, es necesario utilizar sombrilla o carpa, lo que nos permite permanecer más tiempo cerca del mar. Sin embargo, debemos contemplar que dichos resguardos rara vez son eficientes al ciento por ciento.
Para cubrir el rostro, orejas, nuca y parte del escote podemos usar sombreros de ala ancha (7 a 8 centímetros aproximadamente). Los anteojos con filtro evitan que la luz ultravioleta pueda dañarnos y afectar las células de nuestra retina.
En cuanto a la ropa, si bien las prendas oscuras son más calurosas, tienen mejor fotoprotección. Una remera negra equivale a la protección generada con un filtro de 34 FPS (factor de protección solar), mientras que en una remera blanca ese factor se reduce a 12. Si queremos usar ropa clara y liviana, por ejemplo, resulta necesario compensar la piel con protector solar. En cambio, los trajes de neopreno no requieren protección de la piel adicional.
También existen prendas con protección solar incluida que son muy recomendables para niñas y niños. Debemos constatar que sean de 50 UPF (factor de protección ultravioleta) ya que bloquean la radiación solar en un 98 por ciento.
A su vez, debemos contemplar la luz ultravioleta que no proviene del sol. Las camas solares, por ejemplo, emiten radiaciones UVA que penetran de forma más profunda en la piel. Si bien facilitan el bronceado directo sin enrojecimiento, dañan el material genético de las células cutáneas. En este sentido, una sesión de cama solar equivale aproximadamente a un día completo de playa bajo el rayo de sol.
Asesoría en Epidemiología de OSDOP
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