La presencia de mosquitos no solo resulta molesta por las picazones que producen. Una variante del insecto, el mosquito Aedes aegypti, puede transmitir el dengue, una enfermedad viral que se incrementa durante las épocas de calor. Pero tomando precauciones y algunos hábitos podemos prevenir el dengue.
El mosquito actúa como transmisor de la enfermedad al alimentarse con sangre de un infectado. Al picar a personas sanas, contagia el virus. La transmisión del dengue no se da entre humanos ni a través de objetos. Si bien tampoco se transfiere a través de la leche materna, se pueden dar casos en los que una madre infectada contagie al bebé durante el embarazo.
El síntoma primario de la enfermedad es la fiebre. La misma es acompañada de otras afecciones como dolor de cabeza, muscular, en articulaciones o detrás de los ojos; náuseas y vómitos; cansancio intenso; manchas en la piel; picazón y/o sangrado en la nariz o en las encías. Ante la presencia de dos o más síntomas resulta fundamental acudir a un centro de salud y no automedicarse.
La vacuna para prevenir el dengue todavía está en fase de estudio. Tampoco existen medicamentos que curen la enfermedad, por lo que la mejor forma de combatir el virus es secar charcos y rincones donde se acumule agua, y eliminar los recipientes que puedan conservar restos de líquido (latas, neumáticos, botellas, etc.). En estos lugares húmedos dejan sus huevos, que incluso pueden sobrevivir a muy bajas temperaturas, a diferencia de los mosquitos adultos y larvas que mueren a temperaturas de -12º.
Los insecticidas pueden ayudar a combatir al mosquito, aunque sigue siendo importante prevenir la propagación. Para ello es necesario tapar tanques, cisternas y aljibes, aplicar larvicidas y dar vuelta baldes, palanganas y tambores que se encuentren en el exterior. Se recomienda cepillar las paredes de estos recipientes para asegurarnos su completa eliminación de huevos, larvas y pupas.
También hay que renovar cada tres días el agua en los bebederos de animales y vaciar los colectores de aire acondicionado, tanto dentro como fuera del hogar. Otras medidas para prevenir la propagación de mosquitos es rellenar los floreros y portamacetas con arena húmeda, desmalezar con frecuencia los patios y jardines, limpiar canaletas y desagües que acumulen agua de lluvia, y colocar tela mosquitero en rendijas.
Para evitar la picadura de mosquitos cuando realizamos actividades al aire libre podemos aplicarnos repelentes, utilizar ropa clara que cubra brazos y piernas, y cubrir cochecitos de bebé con tela mosquitera. El ingreso del mosquito dentro de la casa se puede combatir con repelentes ambientales (tabletas, espirales, etc.), y colocando mosquiteros en puertas y ventanas.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación
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