Las vacunas son preparaciones que se administran para generar inmunidad activa y duradera contra una determinada enfermedad. Se encargan de estimular en nuestro cuerpo la producción de defensas. A su vez, las vacunas pueden ser producidas con toxoides, bacterias, virus atenuados, muertos o mediante tecnologías como la ingeniería genética.
Existe otro tipo de protección, generada a partir de gamaglobulinas, que producen inmunidad transitoria e inmediata. La misma se produce a través de la aplicación directa de los anticuerpos.
Cuando se nos administra una vacuna, nuestro sistema inmunológico reconoce el antígeno. Interpreta que se trata de la enfermedad, produciendo los anticuerpos y defensas para combatirla.
Si estamos vacunados contra el microorganismo con el cual tomamos contacto, las defensas generadas se van a encargar de protegernos. Gracias a las vacunas, podemos evitar la enfermedad o, por lo menos, cursar los síntomas de forma leve.
La aplicación de sus respectivas vacunas pueden prevenirnos estas 17 enfermedades: 1) Difteria; 2) Tos ferina; 3) Tétanos; 4) Hepatitis A; 5) Hepatitis B; 6) Influenza; 7) Poliomielitis; 8) Sarampión; 9) Rubéola; 10) Parotiditis; 11) Varicela; 12) Tuberculosis; 13) Meningitis; 14) Fiebre Amarilla; 15) Neumonías; 16) Diarreas por Rotavirus; 17) Gripe.
Algunos preparados permiten cubrir varias enfermedades en la aplicación. La vacuna BCG, por ejemplo, cubre Tuberculosis, Hepatitis B, Neumococo y Polio. Mientras la Doble Viral cubre el Sarampion y la Rubéola, la Triple Viral suma la Parotiditis. La vacuna Quíntuple o pentavalente nos protege de difteria, Tos convulsa, Tétanos, Haemofilus innfluenzae y Hepatitis B.
Asesoría en Epidemiología de OSDOP
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