Dolor y actividad física

El síntoma “dolor” siempre tiene una causa subyacente. El abordaje del mismo debe realizarse tanto desde el punto de vista sintomático (en general, se busca aliviar con medicación) como desde otro orientado a la /las causas que lo generaron. De esta manera, evitamos que el tratamiento analgésico tenga una eficacia limitada y transitoria.  

El dolor puede ser un indicador de que alguna parte del cuerpo esté por lesionarse. Aunque todavía no lo haya hecho, el dolor debe ser tenido en cuenta. ¿Algún ejemplo? El dolor de una contractura puede predecir un desgarro. Un tendón dolorido puede anticipar su ruptura.

Reposo y prevención

No siempre la respuesta al dolor articular es el reposo. Resulta más probable que un disco, en la columna, se lesione por permanecer horas sentado en posición inadecuada, que por estar llevando a cabo una caminata. La columna está más preparada para soportar cargas dinámicas (caminata, trote), que cargas estáticas como una  postura anómala en flexión. Que el paciente permanezca quieto para conseguir analgesia, a veces, puede retroalimentar las propias causas de la molestia.

Cuando estamos sentados, una práctica útil para prevenir dolores consiste en interrumpir, de tanto en tanto, la postura sobre la silla. Incorporarse y realizar las llamadas “pausas activas”. Si el ejercicio físico recreativo cumple algunas pautas puede convertirse en una actividad física formal o un entrenamiento. Además, existe el ejercicio físico terapéutico. El mismo busca mejorar el funcionamiento del sistema para evitar la aparición o perpetuación del daño y su consecuente dolor.

Dolor por desadaptación

Algunos pueden considerar que el dolor musculo esquelético es una enfermedad por desadaptación. Efectivamente, el ser humano era en su originen muy dinámica, desarrollaba actividades como la caza y la recolección. En la actualidad, está adaptado al sedentarismo. Si la persona hace actividad física pero de forma esporádica, es normal tener molestias.

La recomendación es propiciar la actividad física. “Volver a las fuentes”, a las costumbres de nuestros ancestros. Si podemos todos los días. Si no, casi todos. Cuanto más se mueva una personas y más entrenado esté, tendrá menos dolor en actividades cotidianas. Bien llevado, ¡el movimiento es salud!

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